Un año más se ha recordado la trágica pérdida de Belén María en el Puerto de Las Palmas ocurrida hace 42 años. Varios actos han protagonizado la jornada del pasado 25 de julio, como son la misa, la ofrenda floral y la suelta de palomas en su honor y recuerdo.

En este número de julio de la Revista La Estiba reflejamos lo que supuso para la profesión y cuál fue el sentir de este triste acontecimiento en diferentes puertos de España.

 

 

 

El colectivo que olvida su Historia está condenado a repetirla

Cuarenta y dos años se cumplen este 25 de julio del accidente que nos dejó sin Belén María, hija de un compañero atropellada durante una protesta laboral. Reivindicaba, junto con otros familiares, condiciones dignas para su padre, para el resto de estibadores del puerto de Las Palmas, para los de los muelles de todo el país.

La adversidad quiso que Belén María pagara con su vida unas condiciones laborales decentes que, en su día, los empresarios eran reacios a pactar en las mesas de negociación. Fue el terrible impacto social de la pérdida de nuestra niña el que hizo, en primera instancia, que hoy tengamos una profesión con futuro.

Por ello es de justicia conmemorar su sacrificio cada año, para no olvidar jamás que fue ella el artífice de lo que nos hace invencibles: la unión férrea de todos nosotros alrededor de un objetivo común.

Muchos de los que vivieron el accidente en primera persona ya no están con nosotros, han fallecido o están jubilados; también somos cada vez menos los de una generación menor, los que éramos muy niños entonces, pero respiramos profundo el trauma que quedó marcado a fuego en nuestro colectivo.

En el puerto de Las Palmas estamos actualmente inmersos en un proceso de renovación que hará que nuevos trabajadores ingresen en nuestras filas en los próximos años. Como presidente del comité de empresa siento como una responsabilidad y como un honor trasladarles de manera fiel el sentimiento de respeto, de agradecimiento, de devoción, incluso, que todos los estibadores le profesamos a Belén María. Sin ella no seríamos quienes somos hoy. Ya se sabe que el pueblo, que el colectivo, que olvida su Historia está condenada a repetirlo.

Nosotros la tenemos muy presente, Belén María está siempre con nosotros.

Maximiliano Díaz, presidente del comité de empresa del puerto de Las Palmas y coordinador de la Zona Canaria de Coordinadora

 

Julián García, ex coordinador general. Puerto de Barcelona

“Fue un detonante de unión. Fue un momento de explosión de unidad, de respeto a la profesión. Belén María hizo posible que hoy estemos aquí”

 

 

Manuel Martí, estibador jubilado del Puerto de Valencia

“Me tocó comunicarlo a todos en asamblea, en mi puerto. A todos se nos encogió el corazón y las lágrimas rodaban por nuestras caras, nos derrumbamos, pero también nos dio fuerzas para tirar adelante y continuar con nuestra lucha. A día de Hoy, más de 40 años después, el recuerdo sigue presente.”

 

Antonio Magaña, estibador jubilado del Puerto de Algeciras

“Lo que pasó en Las Palmas fue el punto de inflexión para consolidar la SOLIDARIDAD entre todos los puertos. Todos luchábamos por un mismo objetivo y lo que pasó nos hizo más fuertes y SOLIDARIOS para defender el lema: ¡Ni un paso Atrás!”

 

Miguel Rodríguez, estibador jubilado del Puerto de Las Palmas

“Belén María fue la llave del acuerdo. A Belén María le debemos la profesión. Todos los estibadores estamos en deuda con Belén María. Belén María se convirtió en el icono de la estiba. Gracias Belén”.

 

Manuel Ángel Rubio, estibador jubilado del Puerto de Avilés

“Belén María se convirtió en el símbolo de lucha, de unidad y de dignidad de la profesión de estibador. Fue un ejemplo de concienciación en los puertos y su recuerdo vive en el corazón de todo un colectiva; forma parte de nuestra memoria histórica y su lucha sigue en los puertos 40 años después.”