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Manifiesto de Coordinadora

El comercio internacional ha evolucionado tanto que prácticamente ningún país en la actualidad es completamente autosuficiente. Todos venden algo de lo que producen y compran aquello que no tienen. Esas mercancías que viajan de un país a otro, o incluso dentro de unas mismas fronteras nacionales, lo hacen, en un 80%, por mar; el transporte marítimo es el único medio verdaderamente rentable y sostenible para realizar estos intercambios; es la espina dorsal de la economía del mundo. Si miramos a nuestro alrededor, prácticamente todo lo que vemos ha llegado a nuestras manos surcando las olas: materias primas, combustibles, alimentos, mercancías…

A principios de 2015 la flota comercial mundial contaba con casi 90.000 buques con una capacidad de transporte total de aproximadamente 651 millones de contenedores. Esta flota, registrada en más de 150 países, tripulada por más de un millón de navegantes de prácticamente todas las nacionalidades, y atendida en los puertos también por millones de profesionales, es la que permite importar y exportar mercancías a la escala necesaria para mantener el mundo moderno. Y aunque los precios del transporte y la manipulación varían de una mercancía a otra, para el consumidor, en última instancia, es insignificante.

El crecimiento económico, el empleo de calidad, y por lo tanto, la prosperidad y la estabilidad, pueden mejorar gracias al desarrollo sostenible del comercio marítimo.

Por ello, en un momento cargado de episodios convulsos para el comercio en el mar como el que vivimos, con ejemplos como el de Hanjin Shipping o los variados intentos de desregulación de la profesión de estibador en distintos países y la precarización de otras muchas profesiones vinculadas a los muelles; desde Coordinadora, nos parece especialmente pertinente sacar a relucir el fin por el que se instauró la conmemoración del Día Marítimo Mundial: mantener y mejorar la seguridad y eficiencia de las operaciones marítimas internacionales y, como desarrolla la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, servir de herramienta para la consecución de un orden económico internacional justo y equitativo.

Entendemos que, por el bien de todos, tanto los que participamos de esta industria próspera como los beneficiarios de la misma, no hay que perder de vista esta declaración de intenciones de Naciones Unidas. Para que el comercio marítimo siga creciendo de una manera justa y equitativa, hay que hacer una apuesta clara por el trabajo decente en el sector; porque los millones de personas que hacen posible el mundo tal como lo conocemos desarrollen su labor en condiciones dignas y disfruten de los derechos recogidos en los tratados internacionales.