Y llegó agosto, y se irá, y nos seguirán encontrando en los muelles -somos una constante-, esperando el acuerdo, producto del consenso, que dé estabilidad al sector.

Tenemos práctica en eso de esperar, tenemos claro que, cada día, el final está más cerca. Además, esta vez, la espera es distinta, no es producto de la inacción, del pasar de los días de forma estéril, sino del trabajo por acercar posturas, por pulir aristas, por rematar de manera apropiada una faena de años, de leyes injustas, insensibles a los trabajadores, de sinsabores y de esperas sombrías.

Ahora confiamos en que se apruebe una norma que sea un paraguas en el que cobijarnos todos los que conformamos el sector: Administración, empresas y trabajadores. Confiamos en que el V Acuerdo Marco haga de árbitro justo, fundamental para la estabilidad de los puertos, también castigados por la pandemia, que necesitan de un texto que nos represente a todos para poder recuperarse, afianzarse y crecer, que es, en definitiva, el objetivo compartido que tenemos.

Así, llegará septiembre, llegará todo o que tenga que llegar… y nos encontrará en los muelles.