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Guerra comercial de Estados Unidos a China

Economic trade war between USA and China, freight transportationChina y Estados Unidos pactaron en la cumbre del G20 en Japón a finales de junio una tregua en su guerra comercial, que amenazaba con arrastrar a toda la economía global. Ambos han acordado restablecer las conversaciones económicas y comerciales entre los dos países, interrumpidas desde mayo, cuando llegó la imposición de aranceles.

Estados Unidos acusaba a su interlocutor de haberse echado para atrás en el último momento en compromisos ya cerrados sobre igualdad de acceso al mercado chino o propiedad intelectual, y para los que China debía modificar su legislación. Por su parte, Pekín achacaba a Washington el querer imponerle unas condiciones que violaban su soberanía.

Estados Unidos ha accedido a no imponer nuevos aranceles sobre sus importaciones chinas, como había amenazado, y permitirá que sus empresas puedan vender productos y componentes a la tecnológica china Huawei. A cambio, China adquirirá más bienes agrícolas estadounidenses. No obstante, falta mucho para llegar a un verdadero entendimiento.

Los países asiáticos se han visto muy beneficiados por esta guerra comercial y, de hecho, los exportadores de Asia, excluyendo a China, han sido los que han obtenido un mayor crecimiento en sus intercambios con Norteamérica.

En cualquier caso, China ha reforzado su capacidad de producción de forma que apenas necesita importar suministros del resto del mundo para respaldar sus exportaciones, lo que reduce los efectos de esta disputa en el flujo de contenedores.

Otro cantar es la posible guerra comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos. En abril de 2019 comenzaron a negociar un acuerdo que eliminara las barreras comerciales para bienes industriales y EE.UU. decidió en aquel entonces retrasar 6 meses la posible imposición de aranceles contra automóviles europeos. Sin embargo, Cecilia Malmström, comisaria de Comercio en la Comisión Europea, anunció la semana pasada que las negociaciones se encontraban en “punto muerto” pues ahora el Congreso estadounidense asegura que el acuerdo debe incluir bienes agrícolas, aspecto que para la UE es una línea roja.

Los próximos meses serán clave para evitar que aumente todavía más la inestabilidad global que está lastrando a la economía europea, y que perjudica en gran medida a la industria del transporte marítimo.