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Reto de futuro: Acercar los centros de producción a los de distribución

Estiba32-Foto TX 5-300pxLa pandemia mundial a consecuencia del Covid-19 cambió totalmente el escenario del mercado portuario a nivel mundial. El cierre de fronteras trajo a colación la opción de acercar centros de suministro y de producción con los mercados de consumo.

Una vez que los puertos han empezado a operar con cierta normalidad, el reciente incidente del mega portacontenedores encallado en el Canal de Suez ha evidenciado la fragilidad del comercio marítimo en el mundo y sus importantes consecuencias económicas, máxime cuando el 90% del comercio se mueve por mar y de éstos, el 20% se realiza a través de Suez.

Esta situación sobrevenida ha puesto de nuevo sobre la mesa el debate de la dependencia de las cadenas logísticas y la necesidad de aproximar la cadena de suministros a los centros de consumo con el objetivo de evitar rupturas, salvar cualquier atisbo de desabastecimiento de algún producto que paralice la cadena.

Se trataría de empezar a dejar de depender de la producción que se genera en Asia, dar marcha atrás en la idea de la globalización y caminar hacia lo que llaman la Relocalización de la producción, es decir, acortar distancias entre la producción y la distribución, y en este caso, localizar esos centros de producción en el espacio europeo, sobre todo en lo que respecta a suministros de carácter estratégicos.

Una decisión difícil que también depende de factores tan importantes como los costes de los fletes y el precio de la mano de obra en Asia y su comparativa con Europa. La balanza también pende de ello, y hay voces que destacan que la decisión al respecto se sitúa en el horizonte de mediados del año 2022, pues si los precios del transporte y del trabajo bajan y se permitiera reducir costes en productos sería una cuestión a pensar en serio.